Friday, May 09, 2008


LOS CERROS DE VALPARAÍSO.

"Del cerro de Los Placeres yo me pasé al Barón, me vine a Cordillera en busca de tu amor..." ¿Quién no ha escuchado alguna vez, y hasta ha entonado, esta canción? Es que "La Joya del Pacífico" de Victor Acosta, popularizada por el cantante peruano Lucho Barrios, evoca en cada porteño las vivencias más trascendentales de su vida, casi todas vividas en algún cerro o colina de la ciudad, si no en la Plaza de la Victoria.
La mayor cantidad de población de Valparaíso se concentra en la altura, por tanto no hay quien no tenga esa mirada desde lo alto. Ver desde la infancia la bahía nos da una visión global y de pertenencia a una gran y hermosa ciudad, ubicada como en anfiteatro desde donde la escena que se contempla es siempre "las naves, al salir y al entrar" Tal vez eso marque en nuestra mente una forma de ser y de sentir soñadora, creativa e idealista.
Pero, lejos de esa visión romántica y hasta nostálgica de la ciudad, debemos reconocer que en ella se esconden muchos dramas. La pobreza es uno de ellos, poblaciones con niños desnutridos y enfermos, madres en iguales condiciones, además de la violencia y la decepción que generan en el hogar la cesantía y falta de educación. La delincuencia y la drogadicción allí tienen su principal origen. No culpamos a las autoridades ni a los empresarios, ni a los maestros, médicos y otros profesionales. Tampoco es justo achacar la responsabilidad a quienes sufren el problema. En verdad todos somos partícipes de esta condición en que se encuentra un alto porcentaje de nuestros vecinos. Esta pobreza material es resultado de nuestra pobreza espiritual. La indiferencia y el egoismo de todos, especialmente de quienes nos hacemos llamar "cristianos", es la raíz de esta miseria que también aqueja a nuestra ciudad.